Rizartrosis
(artrosis del pulgar)

Rizartrosis (artrosis del pulgar)

Se produce por desgaste de la articulación de la base del pulgar. Produce dolor e inflamación importante que pueden acabar provocando una limitación importante del movimiento e impotencia funcional.

La artrosis de la articulación de la base del pulgar (rizartrosis) se produce por el desgaste o degeneración de la articulación de la base del pulgar (articulación trapecio-metacarpiana).

Esto produce dolor, inflamación y formación de osteofitos (picos óseos en la articulación) que acaban provocando dolor, limitación del movimiento e impotencia funcional.

La rizartrosis se debe a la degeneración del cartílago, por donde se produce el deslizamiento de los dos huesos que forman la articulación. En algunos pacientes, la laxitud de la articulación puede contribuir al desgaste de este cartílago y conducir a la artrosis.

Esta artrosis en el pulgar puede ser aislada o presentarse en otras articulaciones de la mano o de cualquier otra parte del cuerpo.

El síntoma más habitual es el dolor en la base del pulgar. Además, frecuentemente los pacientes presentan inflamación y sensibilidad a la palpación en esa zona. Actividades donde se fuerce la pinza como agarrar platos, girar la llave, abrir un frasco, pueden ser muy dolorosas. Los sobreesfuerzos y los cambios de tiemp, pueden provocar un empeoramiento de las molestias.

Con el tiempo, el pulgar aparece deformado en su base, más metido en la palma de la mano y con dificultad a la extensión.

El diagnóstico se basa en la historia clínica, donde el paciente explica al médico cuándo aparece el dolor, las actividades que lo agravan, o alguna lesión previa del pulgar. La exploración y el estudio radiológico confirmarán la sospecha clínica.

Las radiografías ayudarán a valorar la severidad de la artrosis, al detectar la pérdida del espacio articular, mala alineación de la articulación, presencia de espículas óseas o calcificación de los tejidos blandos.

El dolor mejora frecuentemente con el uso de una férula de reposo y antiinflamatorios. Si los síntomas no mejoran, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para aliviar el dolor y mejorar la función del pulgar y de la mano.

La reconstrucción de la articulación con prótesis, empleando técnicas similares a las de otras articulaciones como la cadera o la rodilla, elimina el dolor y permite una rápida recuperación a nivel de función del pulgar y de la mano.

Si existiese inestabilidad de la articulación, con mínimos cambios artrósicos, puede recomendarse la estabilización quirúrgica de la articulación, pero sin resecar el trapecio. Tras la cirugía, la rehabilitación se inicia de forma precoz (antes de la semana).

Rizartrosis

Especialista

Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco y especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.

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